♥TAXONIMIA:
La especie Inia geoffrensis fue descrita por Henri Marie Ducrotay de Blainville en 1817. Dentro de los odontocetos, el delfín rosado pertenece a la superfamilia Platanistoidea (delfines de río),[2] que está constituida por dos familias: Platanistidae e Iniidae, a la que pertenece el género Inia,[3] del cual es el único integrante. No existe consenso de cuando y como penetraron a la cuenca amazónica; es posible que lo hayan hecho hace más de 15 millones de años desde el océano Pacífico, antes de la formación de los Andes o más recientemente desde el océano Atlántico.[4]
Se reconocen tres subespecies: I. g. geoffrensis, I. g. boliviensis e I. g. humboldtiana.[5] Sin embargo, basado en la morfología del cráneo, en 1994 se propuso que I. g. boliviensis se trataba de una especie diferente.[6] En 2002, a raíz del análisis del ADN mitocondrial de especímenes procedentes de la cuenca del Orinoco, el río Putumayo (tributario del Amazonas) y de los ríos Tijamuchy e Ipurupuru, en la Amazonia boliviana, se llegó a la conclusión que el género Inia estaba dividido en por lo menos dos unidades evolutivas: una de ellas restringida a las cuencas fluviales de Bolivia y la otra distribuida ampliamente en las cuencas del Orinoco y Amazonas;[7] sin embargo, hasta 2009 el asunto permanecía sin resolverse.[8]
♥DESCRIPCION:
El boto es el delfín de río más grande. Los machos adultos alcanzan una longitud y peso máximos de 2,55 m (promedio 2,32 m) y 185 kg (promedio 154 kg), mientras las hembras llegan a medir y pesar hasta 215 cm (promedio 2,00 m) y 150 kg (promedio 100 kg). Es uno de los cetáceos con dimorfismo sexual más marcado (los machos miden y pesan 16% y 55% más que las hembras), siendo en este sentido único entre los delfines de río, en los cuales las hembras son por lo general más grandes.
La contextura del cuerpo es robusta, pero bastante flexible; a diferencia de los
delfines oceánicos, sus vértebras cervicales no están fusionadas, permitiéndole a la cabeza una amplia gama de movimientos. La aleta caudal es ancha y triangular; la aleta dorsal, que tiene forma de
quilla, tiene poca altura, pero es muy alargada y se extiende desde la mitad del cuerpo hasta la región caudal Las aletas pectorales son grandes y tienen forma de remo. La longitud de estas aletas le permiten realizar movimiento circulares dándole una maniobrabilidad excepcional para nadar a través de la vegetación en la selva inundada; sin embargo esta característica le disminuye la velocidad de nado.
El color del cuerpo varía con la edad. Los recién nacidos y jóvenes tienen un tinte gris obscuro; en la adolescencia se trasforma en gris claro y los adultos se tornan rosados, como consecuencia de la abrasión repetida de la superficie de la piel. Los machos tienden a ser más rosados que las hembras debido a el traumatismo más frecuente por la agresión intraespecífica (entre individuos de la misma especie).
[8] El color de los adultos varía entre rosado sólido y moteado. En algunos adultos la superficie dorsal es más obscura; se cree que la diferencia en el color depende de la temperatura, trasparencia del agua y la ubicación geográfica
♥HABITAD:
Dentro de las cuencas fluviales en las que hace presencia el delfín rosado, se ubica en casi todos los
hábitats, incluyendo los cursos principales de los ríos, canales, desembocaduras de los afluentes, lagos y al final de los rápidos y caídas de agua. Los cambios cíclicos en el nivel de los ríos durante las temporadas de lluvias y sequía a lo largo del año, determinan directamente que áreas pueden ser ocupadas y la disponibilidad de alimento. Durante la estación seca, la especie se sitúa en los cauces principales de los ríos, debido a que los canales menores tienen muy poca profundidad y las presas se ubican a lo largo de las márgenes de los ríos. Durante la temporada de lluvias, los botos pueden desplazarse con facilidad a los tributarios más pequeños, a la selva y planicies inundadas.
[4]
Los machos y hembras parecen tener preferencia selectiva de hábitat; los machos regresan a los canales principales de los ríos cuando todavía los niveles de agua permanecen elevados, mientras las hembras y sus crías continúan en las zonas inundadas por más tiempo. La razón que el dúo madre-hijo permanezca más tiempo puede obedecer a múltiples razones. Las aguas más quietas permiten a los jóvenes descansar, lactar y propicia la consecución de alimento en un ambiente calmado, lejos de las corrientes fluviales. También disminuye el riesgo de agresión por parte de los machos hacia las crías y la
depredación por parte de otras especies.
♥HABITOS:
El boto tiende a ser solitario y no es frecuente verlo en grupos. Cuando lo hacen se congregan en asociaciones de hasta cuatro individuos. Lo más frecuente es observar parejas madre-hijo, pero pueden estar formados por grupos heterogéneos o por machos exclusivamente. Ocasionalmente se observan congregaciones más grandes en zonas con alimento abundante, como en la desembocadura de los ríos, o también pueden hacerlo para descansar y socializar.
[20]
Existe una segregación importante durante la temporada de lluvias, en la cual los machos se ubican en los cauces de los ríos, mientras las hembras y sus crías se localizan en las zonas inundadas; en la temporada seca no existe tal separación.
[21]
Los estudios en cautiverio han mostrado que el delfín rosado es menos tímido que el delfín mular, pero también menos sociable, muestra menor agresividad, es menos juguetón y demuestra menor comportamiento aéreo que este. Es muy curioso y es notable la falta de temor hacia objetos extraños. Sin embargo, es posible que en cautiverio no demuestre el mismo comportamiento que en su medio natural. En libertad exhiben variedad de comportamientos: sujetan los remos de los pescadores, se frotan contra los botes, arrancas plantas bajo el agua, arrojan palos y juegan con troncos, arcilla, tortugas, serpientes y peces.
[20]
Es un nadador lento; la velocidad más frecuente de desplazamiento varía entre 1,5 y 3,2
km/h, pero se han registrado velocidades máximas de entre 14 y 22 km/h y es capaz de nadar velozmente por largos periodos. Cuando emerge, la punta del hocico, el melón y la aleta dorsal aparecen simultáneamente sobre la superficie.
[20] Raramente sacan la cola del agua antes de realizar inmersiones. También pueden agitar las aletas, sacar la aleta caudal y la cabeza sobre el agua, esto último lo hacen para observar el entorno; raramente ejecuta saltos sobre la superficie, pero los jóvenes pueden hacerlo separándose del agua hasta un metro.
[9] Son más difíciles de entrenar que la mayoría de los otros delfines.
[
♥REPRODUCCION:
Las hembras alcanzan la madurez entre los seis o siete años y una talla de 1,75 a 1,80 metros. Los machos lo hacen mucho más tarde, cuando alcanzan aproximadamente dos metros de longitud. La época de reproducción es estacional y coincide con la temporada seca, cuando el nivel del agua es bajo. El periodo de
gestación se prolonga durante once meses y la época de nacimientos ocurre durante la temporada de inundaciones. las crías al nacer pesan 80 kg y la etapa de
lactancia se prolonga hasta por un año, con intervalos de dos a tres años entre cada embarazo.
[20]
Antes de determinar que la especie tenía un marcado dimorfismo sexual, se postuló que los botos eran monógamos. Posteriormente se demostró que los machos eran más grandes que las hembras y se les documentó esgrimiendo un comportamiento sexual muy agresivo en su medio natural y en cautiverio. Los machos presentan un grado importante de daño en las aletas dorsales, caudales, pectorales y el
espiráculos debido a mordidas y abrasiones, en forma adicional a las numerosas cicatrices secundarias al rastrilleo de dientes. Esto sugiere una competencia feroz por el acceso a las hembras. Esto parece indicar un sistema polígamo de apareamiento, pero la poliandria y promiscuidad no pueden descartarse.
[22]
En animales cautivos se ha documentado cortejo y juego previo al apareamiento. Los machos toman la iniciativa mordisqueando las aletas de la hembra, pero en el caso en que la hembra no sea receptiva, puede reaccionar agresivamente. Se ha observado una alta frecuencias en las copulaciones, en una pareja en cautiverio se contaron 47 en el plazo de 3,5 horas, utilizando para ello tres posiciones diferentes: contactando el vientre en ángulo recto, yaciendo paralelamente cabeza a cabeza o cabeza a cola.
[4]
La temporada de reproducción es estacional y los nacimientos ocurren entre mayo y junio. El periodo de los nacimientos coincide con la temporada de inundaciones y es posible que esto proporcione una ventaja debido a que las hembras y sus crías permanecer en las áreas inundadas más tiempo que los machos. En cuanto el nivel de agua empieza a decrecer, la densidad de presas en los sectores inundados aumenta debido a la pérdida de espacio, ofreciendo a los lactantes la energía necesaria para suplir las altas demandas requeridas para el crecimiento. El periodo de
gestación se estima en once meses y los partos en cautiverio toman de 4 a 5 horas. Nace una cría por cada gestación y una vez roto el cordón umbilical la madre ayuda al neonato a salir a la superficie para respirar. Al momento de nacer miden 80 cm de largo y en cautiverio se has registrado un crecimiento de 0,21 m por año. El periodo de lactancia toma cerca de un año y se ha registrado hembras preñadas que continúan lactando. El intervalo entre nacimientos se estima entre los 15 y 36 meses, y la duración de la crianza se prolonga hasta los dos a tres años.
[4]
La duración relativamente prolongada de la lactancia y la crianza sugiere un fuerte vínculo madre-hijo. La mayoría de las parejas observadas en su medio natural están constituida por una hembra y su cría. Esto sugiere que los largos periodos de cuidado parental contribuyen al aprendizaje y desarrollo de joven, como lo hace el
delfín mular (
Tursiops truncatus).
[4]
♥CONSERVACION:
Conservación
En 2008, la especie fue catalogado por la lista roja de especies amenazadas en la
Lista Roja de la UICN como en estado DD (
datos insuficientes).
[1] La especie fue previamente catalogada como «vulnerable» pero se cambio el estado debido al monto limitado de información actual disponible sobre amenazas, ecología y tendencia de la población. En las áreas donde los delfines se han estudiado parecen bien extendidos y relativamente abundantes. Sin embargo estas áreas representan solo una pequeña proporción de la distribución total de la especie y a menudo son sitios donde están protegidos. No obstante, las informaciones de estas áreas pueden no ser representativas y puede no ser válida a largo plazo.
[1]
Sin embargo, por la contaminación y destrucción paulatina de la
selva amazónica y debido a la vulnerabilidad de la especie se han tomado medidas para su protección en todos los países que habita. Sus mayores enemigos son la
deforestación y aquellas actividades humanas que contribuyen a perturbar y alterar su medio ambiente.
[20] Una fuente de preocupación estriba en la dificultad que representa mantener ejemplares en cautiverio con vida, debido a la agresión intraespecífica y escasa longevidad. Por ello si la población del boto llegase a disminuir hasta niveles peligrosos en la naturaleza, correría un riesgo aún más alto de
extinguirse por la dificultad de mantenerlo largo tiempo en cautividad.
[28]
En 2008, la
Comisión Ballenera Internacional (CBI) expresó preocupación por la captura de botos para utilizarlos como cebo en la Amazonia Central, lo cual es un problema emergente que se ha extendido a gran escala.
[1] [29] La especie está incluida en el Apéndice II de la
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), y en el Apéndice II del
Convenio sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Salvajes.
[30]
De acuerdo a la evaluación por parte del Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional en 2000, la población del boto parece ser grande y existe escasa o ninguna evidencia de decrecimiento de la población en número y área de distribución. Sin embargo, se reconoce la creciente intervención humana sobre su hábitat y se espera que en el futuro la consecuencia más probable sea la disminución de su rango y población. Por ellos se emitieron una serie de recomendaciones para garantizar el seguimiento apropiado a la especie, entre las cuales figura la implementación y publicación de estudios sobre la estructura de las poblaciones, la elaboración de un registro de la distribución de la especie, documentación sobre amenazas potenciales como la magnitud de operaciones pesqueras y ubicación de
oleoductos, registros más detallados sobre los riesgos, distribución, cantidad de cada una de las poblaciones.
[31]
- Caza y muertes deliberadas
Puede decirse que por lo general la especie ha sido protegida y respetada en el pasado; sin embargo, existen registros del uso de su aceite como fuente de luz por parte de los colonos
portugueses. Los
indígenas mura cazaban botos cerca de
Manaos, Brasil; durante el
siglo XIX y los
tikuna y
cocama los capturaban cerca a
Leticia, Colombia y el el bajo
Ucayali, respectivamente, por lo menos hasta la
década de 1950. También se han utilizado los productos de ejemplares capturados accidentalmente para fabricar medicinas y como amuletos de amor. En los mercados de la Amazonia se comercializan ojos de «boto», pero los análisis moleculares han demostrado que provienen del
delfín costero (
Sotalia guianensis), al cual se le llama «boto» en algunas regiones.
[20]
En el
departamento del Beni, Bolivia, se reportó la caza de la especie por medio de rifles y redes.
[32] En
1996, se adelantó una investigación para cuantificar el número de capturas incidentales y la comercialización de productos del delfín rosado, los resultados mostraron que las capturas son efectivamente accidentales y solo una pequeña cantidad de estos cadáveres son utilizados con propósitos comerciales.
[33]
En la Amazonia colombiana algunos pescadores han matado botos (mediante arpones, disparos y envenenamiento) para impedir al interacción con los aparejos de pesca. En la cuenca del Orinoco y la Amazonia peruana existen algunos reportes de muertes, debido también aparentemente a la interacción con los pescadores.
[34]
En el río Amazonas los delfines rosados han aprendido a tomar ventaja de algunas actividades pesqueras. Pueden romper las redes de pesca (en especial redes de cerco tipo lámpara) causando pérdidas considerables de peces y daños a los aparejos de pesca. También se reúnen para alimentarse de peces aturdidos por el uso ilegal de
dinamita. En ambas circunstancias los pescadores pueden optar por matar los delfines.
[35]
- Captura accidental
La implementación de redes de pesca de
nailon ha incrementado las capturas accidentales en la especie.
[33] Desde mediados de la década de 1990 se difundió su uso para capturar «piracatinga» (Calophysus macropterus), convirtiéndose en la peor amenaza para la especie. Otra amenaza se deriva de la construcción de
centrales hidroeléctricas en los principales tributarios del Amazonas, disminuyendo la disponibilidad de ciertas especies de pescado. Adicionalmente, las represas aíslan diferentes poblaciones, disminuyendo el intercambio genético y aumentando la posibilidad de extinciones locales.
[20]
- Pesca excesiva
El uso de redes de malla de nailon se encuentra extendido en toda la Amazonia y con la presión ejercida por la pesca la competencia entre delfines y pescadores es más intensa. Sin embargo en el centro del Amazonas esta competencia es todavía mínima. Los análisis de la dieta en el boto han demostrado, que solo el 43% de las 53 especies incluidas en su menú son comercializados y que los peces capturados no tienen la talla suficiente para tener interés comercial.
[35]
- Degradación del hábitat
Madera producto de la deforestación de la selva amazónica, una de la consecuencia de la presencia humana en el área de distribución del boto, con la consecuente pérdida de su
hábitat.
Los humanos se están expandiendo rápidamente a través del área de distribución de la especie, especialmente en Colombia y Brasil. La presencia de estos pobladores implica un incremento en la actividades agrícolas, deforestación, hatos ganaderos y plantaciones.
[34] La deforestación de planicies inundables para actividades agrícolas y la industria maderera, afectan el ciclo hidrológico y
ecosistema ribereño. Una de las peores consecuencias de la deforestación es la disminución del desarrollo de poblaciones de peces, lo que redunda en un suministro restringido de alimento para los delfines y otros depredadores.
[35]
Otra causa potencial de alteración del hábitat, es la construcción de centrales hidroeléctricas. Estas estructuras suponen un obstáculo para las migraciones de la especie y de sus presas, limitando el acceso al alimento y propiciando el aislamiento entre las diferentes poblaciones. Además, las poblaciones atrapadas detrás de estas barreras están expuestas a un ambiente inadecuado, con bajas concentraciones de oxígeno, disminución del
pH y menos alimento.
[35] El en
río Formosa se han reportado varamientos a consecuencia de los cambios en el nivel del agua por la desviación de los cauces para irrigación.
[17]
Finalmente, en Colombia, la explotación y producción de
petróleo también representa una amenaza potencial para la especie. Esto ha ocurrido durante las últimas décadas, como resultado de los múltiples derrames de crudo a causa de los atentados
guerrilleros contra
oleoductos en la Amazonia y Orinoquia del país. Algunos de ellos han sido muy extensos con resultados no cuantificados.
[35]
- Polución
En la Amazonia y Orinoquia, se ha incrementado el uso de grandes cantidades de
plaguicidas en actividades agrícolas. La contaminación con metales pesados en el Amazonas proviene de las minas de
oro que utilizan
mercurio en forma incontrolada;el mercurio se utiliza para separar este metal de roca circundante
[36]
Los efluentes de las plantas de celulosa son también una fuente potencial de contaminación. Sin embargo, la concentración de mercurio (176 ng/ml) hallada en la leche de una hembra capturada en el río Amazonas cerca de Manaos, Brasil, estaba cerca del nivel mínimo de toxicidad de
metilmercurio en mujeres adultas no embarazadas. Esto sugiere que al menos en esta parte del río, la contaminación es baja.
[37]
- Depredadores
No existen registros de depredadores naturales de los botos, pero el
caimán negro (
Melanosuchus niger), el
tiburón toro (
Carcharhinus leucas), la
anaconda (
Eunectes murinus) y el
jaguar (
Panthera onca) eventualmente podrían capturar a un boto. Algunos animales poseen cicatrices en forma de medialuna atribuidas a peces gato de las familias
Cetopsidae y
Trichomycteridae.
[17] [
°BIBLIOGRAFIA:
http://es.wikipedia.org/wiki/Inia_geoffrensis#Comportamiento